¿Seríamos capaces de reconocer nuestro entorno sólo con los sonidos que se producen en el día a día? ¿Qué se escucha en nuestras calles, en nuestras plazas, en nuestras casas? Si nos tuviéramos que conectar con algún ente extraterrestre a través de los sonidos que se generan en nuestro entorno, ¿Qué información les llegaría? ¿Serían capaces de (re)conocernos sólo a través de una pista de audio? ¿Qué imagen se harían de nosotros como personas y como sociedad? ¿Qué utilidad tiene esta información?
Realizar una cartografía del entorno para conocernos y reconocernos a nosotros mismos. Esta es la respuesta a todas las preguntas que a lo largo del taller de memoria sonora Rubén Alonso y Fran Torres, de Talleres Antropoloops, plantearon al alumnado de la Asociación Candelaria en el proceso de creación de Jardines en el aire. El material que fueron recopilando durante una semana de trabajo con los chicos y chicas, y del que se pudo disfrutar una pincelada en la pasada materialización de Jardín acondicionado, formará parte del archivo que alimentará la creación polifónica, que se presentará en diciembre, explorando los sonidos de los jardines, el entorno urbano y los elementos cotidianos. Así mismo, las palabras y las evocaciones que se recopilaron durante esta semana de trabajo, se integraron en los primeros prototipos de mashrabiyas que se instalaron en el patio de la Asociación, en la primera intervención del proyecto.
Para llegar hasta este momento, Talleres Antropoloops quisieron documentar, a través de los sonidos y de la música, las vivencias cotidianas del barrio. “Si cierro los ojos, escucho pájaros” nos contaba Javier cuando le preguntaban qué sonido podía evocar al cerrar los ojos, trasladarse virtualmente a su casa y activar otros sentidos. “Bueno, pájaros, y ruidos de electrodomésticos de mi casa, el ventilador y otras máquinas”, añadía. Julio también coincidía en el relato sonoro “cuando me levanto por las mañanas para ir al instituto, que es muy temprano y aún de noche, escucho a los pájaros. Es un sonido muy tranquilizante”.
Alentados en la construcción de una cápsula espacial que recogiera los sonidos que hubiera que enviar al espacio para que una persona o entidad de otro planeta conocieran lo que está ocurriendo en el barrio, los y las jóvenes fueron recopilando información del entorno que les rodea, a veces desconocido a pesar de la cotidianidad.
Las músicas del barrio “reggaeton y flamenco” sobre todo llegan, a veces desde casa, a veces desde la calle. Y todos esos ruidos se mezclan con relatos urbanos: los de los vecinos y vecinas que habitan en el barrio “desde siempre” o son recién llegados. Jugando a ser periodistas fueron recopilando relatos de vida que a su vez les hacían familiarizarse con sus entornos y sus vecinos, y despertaron en ellos una curiosidad mayor si cabe. “Ser periodista es bonito”, contaba Dina, “hemos aprendido a preguntar a la gente y así sacas información y aprendes muchas cosas”, y observas el cambio en el entorno, cómo la vida sigue igual o ha evolucionado. Vivencias que despertaban la añoranza de Fran Torres, uno de los profesores que impartía el taller y que conoce bien el barrio. “Me vuelvo a ver como el niño que fui porque yo también viví en este barrio, aquí viven mis padres y también he pasado las tardes de mi infancia y adolescencia en la Asociación” nos contaba.
El taller sonoro estuvo orientado a sondear, rescatar y archivar fragmentos sonoros de relatos humanos y musicales que prevalecen de manera más o menos evidente en el barrio. El trabajo sirvió como detonante para preocuparse por los otros y descubrir la riqueza y diversidad de personas que habitan el barrio, así como algunas de las controversias actuales, o cuestiones de las que se enorgullecen los vecinos… El sonido de los pájaros aparece de manera subyacente en todo el relato que se fue construyendo en el taller, como también emergieron muchas otras conversaciones en reconocimiento al Parque Amate como pulmón verde y hogar de una avifauna rica en especies y desconocidas por la totalidad de la población sevillana. Estos, y otros recursos que fuimos trabajando en talleres posteriores se traducirán como anunciamos en el Jardín Polifónico en el que se integrarán además Seo Birdlife y Vibra-tó (de cuyos talleres hablaremos más adelante) y Proyecto eLe y Desirée Martín.