Fernando Sancho Caparrini
La primera parte de este artículo puedes leerla aquí.
A continuación, la segunda parte:
La metodología que proponemos es sencilla y altamente visual. Cada especie es un punto de un espacio, cada característica que lo define se transforma en otro punto abstracto del mismo, cada barrio de Sevilla, cada Distrito, sus lugares de origen, cada espécimen que podemos encontrar en la ciudad... todos juntos contribuyen a formar una nube de puntos de tipos diversos, sin orden ni jerarquía. Posteriormente, conectamos los puntos que están relacionados: los especímenes con los espacios que ocupan, con las especies a las que pertenece, éstas con las características que los definen, con los lugares de los que proceden, ... y poco a poco, donde había caos surge un orden que, adecuadamente filtrado y representado nos informa de relaciones cruzadas que muestran semejanzas, diferencias, familias, distribuciones, cualidades de una ciudad que se define y reconoce por sus espacios verdes.
Vamos a ver con algunos casos concretos cómo toma forma este nuevo tipo de representación. Primero mostremos qué tipo de información almacenamos sobre cada espécimen de la ciudad de Sevilla:
En el caso concreto de, por ejemplo, el Citrus Aurantium, su información relacionada genera una pequeña red a su alrededor que muestra las características fundamentales de esta especie (morfología, familia, lugar de procedencia) y su relación con la ciudad (por medio de los espacios donde se encuentra y los distritos a los que pertenecen):
Esta representación, así aislada, no sería más interesante que una ficha estándar en la que podemos encontrar las características de la especie, pero, ¿qué ocurre cuando vamos añadiendo otras especies para ver cómo se relacionan, qué puntos en común tienen y dónde se diferencian?
Podemos hacer una pequeña prueba añadiendo la información asociada al Ficus Elástica donde, además de la información de esta especie y su presencia en Sevilla, podemos ver los puntos en común que tiene con la especie anterior:
Si este proceso lo continuamos, la red se hace más compleja,
porque ofrece mucha más información y establece relaciones más ricas y a mayor
distancia entre los conceptos mostrados. Por ejemplo, podemos añadir otra
famosa planta de la ciudad, el jazmín, y ver las relaciones existentes entre
las tres especies mostradas, donde se empiezan a observar ya patrones:
La red completa, añadiendo todas las especies y sus
propiedades, se vuelve mucho más rica (y compleja).
Debido a la complejidad y número de relaciones existentes es necesario disponer de herramientas que permitan extraer información interpretable, tanto por el experto como por el espectador novel, y que muestre relaciones existentes entre conceptos relevantes (aunque sea por medio de conceptos intermedios). Para ello, por medio de diversos procesos de consulta, podemos sacar interesantes conclusiones a partir de las relaciones existentes en la gran red que conforman las especies vegetales de Sevilla.
Por ejemplo, la siguiente figura muestra cómo las especies se agrupan según los lugares de procedencia, donde los tamaños de los nodos de procedencia indican el número de especies de Sevilla que están relacionadas con ellos.
O también podemos añadir a esta red un segundo nivel de
agrupamiento mostrando el tipo (árbol, arbusto, planta, palmera, enredadera, ...)
de las especies mostradas para analizar cómo las diferentes procedencias han
contribuido a la fisonomía de la ciudad aportando especies con características
diferenciables que, efectivamente, dependen de su origen. Aquí la disposición
de los nodos se ordena automáticamente (por medio de un algoritmo) para que
queden más cerca aquellos nodos que son más similares respecto a las relaciones
mostradas:
En definitiva, este es un caso en el que las matemáticas
ayudan a encontrar patrones donde aparentemente hay desorden, la computación
ayuda a aplicar esos patrones sobre esta gran red vegetal y, finalmente, la
mirada del espectador interpreta y comprende, deduce y concluye y, de la
estética de las representaciones, con una mirada que le permite elevarse sobre
los detalles, conoce un poco más del pulmón que hace que una ciudad sea algo
más que un espacio habitado.