Morus nigra L.
MoraceaeEstando por estos territorios, en agosto de 1521 anota Antonio Pigafetta en su diario una curiosa historia, la de un árbol con hojas similares a las de la morera que, además, tienen cierta vida. Recoge en fin el cronista cómo el pecíolo de estas hojas es corto y puntiagudo, y cerca de él, de uno y otro lado, dos pies: si se les toca se escapan, pero no echan sangre cuando se las revienta. Metí una de ellas en una caja y cuando abrí ésta después de nueve días, la hoja se paseaba por todo el interior: pienso que viven del aire. Al parecer, Pigafetta confundió una hoja con un insecto, un insecto-hoja cuyo camuflaje efectivamente cumplió su cometido, el de hacer creer a su posible atacante que es una planta.
Las moderas son en cualquier caso árboles que proceden de Asia central, muy cultivados en la región mediterránea al menos desde época andalusí por ser el principal alimento del gusano responsable de uno de los productos clave en la economía del comercio entre Oriente y Occidente, la seda.
La antigua Ruta de la Seda, que comenzaba en China y atravesaba toda Eurasia, fue revitalizada por los mercaderes árabes y judíos medievales tras su decadencia ligada a la caída del Imperio Romano, siendo al-Andalus el punto más occidental de esta milenaria ruta que generó no solo una red de intercambio de productos sino también de ideas y saberes. Las factorías de seda ayudaron al último reino islámico medieval de España, los nazaríes de Granada, situados en el extremo occidental de la milenaria ruta, a generar los ingresos suficientes que les permitieron no solo pagar los tributos que les demandaban los reinos cristianos a cambio de no invadir su territorio, sino que incluso propiciaron una red de riqueza con el apoyo de comerciantes catalanes y genoveses y la propia expansión de los cultivos relacionados con la seda por el mediterráneo. Durante el siglo XV, el avance de los grandes imperios islámicos, como el de los turcos otomanos, suponen una barrera infranqueable para los mercaderes cristianos, se hace imposible el acceso desde Europa con Oriente por tierra: es una de las causas que motivará la búsqueda de vías alternativas, por parte de Portugal primero y Castilla después, que permitieran por mar a estas naciones alcanzar Oriente y las Islas de las Especias.