Quercus robur L.
FagaceaeEl origen de la palabra quercus es incierto; algunos autores creen que desciende del céltico, más concretamente de kaer, “bonito”, y quess, “árbol”. En culturas ancestrales de Europa como la celta -habitantes de los bosques europeos y mitad septentrional de la Península Ibérica- estos árboles de gran longevidad, que pueden vivir hasta los 600 años, representan la fuerza y la nobleza y aún hoy son venerados y protegidos algunos robles famosos bajo los cuales se celebraban ceremonias y concejos. Son muchas las iglesias, plazas y campos de feria en todo el norte de España que se cobijan a la sombra de un carballo, carbayu, cajiga, haritza o caixigo. El árbol de Guernika, en el País Vasco, representado en la actualidad por un descendiente de otro que murió en el siglo XIX, pertenece a esta especie.
Su madera, de larga duración, es muy apreciada en la fabricación de muebles y en las construcciones navales: así, el navegante y escritor asturiano del siglo XVI Juan Escalante de Mendoza recomendaba su uso, si pudiese ser de una sola pieza, para la construcción de mástiles de carabelas como las que usara Cristóbal Colón.
También en el arte el roble es un actor fundamental. La pintura sobre madera, tan frecuente en retablos en toda Europa, lo utilizó con frecuencia como lienzo. Obras tan significativas como El Jardín de las Delicias de El Bosco lucen sobre finas tablas de roble.