Tipuana tipu (Benth.) Kuntze
FabaceaeAntes de 1492 y los viajes de Colón, en Portugal ya se preguntaban qué habría al otro lado del Atlántico, ese océano aparentemente infinito que no iba a ninguna parte, pero que de vez en cuando en sus olas traía a las playas portuguesas, pedazos de raras maderas que debían haber crecido en alguna parte. Tal era el interés que los portugueses evidenciaron por estas maderas que incluso una de ellas, el palo brasil, Caesalpinia echinata de nombre científico, serviría para ponerle el nombre a Brasil, territorio americano al que llegaron en el 1500.
De Brasil es nativo también otro "palo", el rosa, conocido allí con la denominación de tipú, de la que deriva el nombre científico de este árbol nativo de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Se emplea hoy en día como árbol de sombra en avenidas y parques de muchas ciudades, en gran parte, gracias a la labor de aclimatación llevada a cabo por el arquitecto y paisajista Carlos Thays (1849-1934), un parisino afincado en Argentina, donde realizó la mayor parte de su obra. Thays fue un paisajista de espíritu científico, estudioso de la flora autóctona sudamericana, que gustaba de experimentar con las plantas: no obstante sus trabajos con la yerba mate fueron fundamentales para la industrialización del cultivo de esta planta de la que se obtiene una de las bebidas más populares del Cono Sur. Fue uno de los principales impulsores, además del Parque Nacional de Iguazú, famoso por sus espectaculares cataratas, del Jardín Botánico de Buenos Aires, donde consiguió aclimatar muchas de las especies que había estudiado y fotografiado en sus excursiones a la selva, tales como el palo rosa, árbol al que consideró magnífico, útil e ideal para ciudades no muy frías. Así, Thays es precursor de paisajistas, como el brasileño Roberto Burle Marx, preocupados por “domesticar” especies de la flora local para después incorporarlas en sus diseños de parques urbanos.
Una vez utilizados con éxito en Argentina y América, árboles como el palo rosa serían destinados a decorar y a enriquecer la paleta botánica de ciudades europeas de similares condiciones climáticas.
Árboles hoy de marcado uso ornamental, pero que cuando la expedición de Magallanes navegó por las costas de estas tierras, entre finales de noviembre de 1519 y comienzos de enero de 1520, es probable que se encontrasen formando parte de sus paisajes, pero que no se detuvieron los cronistas a describir: Pigafetta y los demás narradores de la travesía se encargarían sobre todo de hablar de las plantas que tuvieran un uso productivo. No obstante, es un viaje que conviene recordar iba en busca de las especias.