Nymphaea alba L.
NymphaeaceaeEl nombre botánico procede del griego ninpha, especie de divinidades acuáticas para los griegos antiguos, por vivir la planta en el agua como estos seres mitológicos. A su vez el nombre castellano deriva del árabe nilufar, que proviene del persa y significa “loto azulado”.
Al igual que el loto, el nenúfar crece pues en estanques y aguas de curso lento y poca profundidad y fue utilizado en al-Andalus para elaborar aceites hidratantes y como planta ornamental en las albercas. El andalusí Avempace, en el siglo XII, escribió un Tratado del nenúfar recogiendo las peculiaridades de esta planta acuática: las flores se abren de 1 a 5 veces en días sucesivos, el primer día se abre una hora más tarde y se cierra una hora antes que los restantes días. La flor que se abre por última vez se hunde en el agua.
La jardinería de connotaciones románticas de la escuela francesa retomaría el nenúfar como decoración en los estanques, en recuerdo y homenaje a culturas exóticas como la andalusí. En esta línea, Claude Monet poseía en Giverny un jardín con un estanque de ninfeas que el artista impresionista pintó una y otra vez. Los nenúfares son como pinceladas de múltiples colores, sin ligar, flotando entre el agua.