Era un frío domingo de diciembre con los últimos rayos de sol. Sonaba en el aire la mágica música del grupo vocal Proyecto Ele, tenían congregados a su alrededor, sobrecogidos por los acordes misteriosos, a visitantes y hortelanos que con sus mejores abrigos y alguna copita de anís entre las manos, intentaban entrar en calor. La Hacienda de San Antonio es una zona bastante grande, con muchos huertos. No es fácil perderse, pero si te puedes sentir teletransportado. Encontrar esos puntos de luz, entre los aperos de labranza te abre la imaginación, lo mismo puedes pensar estar en otro planeta, en otra dimensión o en la nuestra pero con botas de agua saliendo entre las lechugas, como diciendo: atardece que no es poco.
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Fdo. Juan Duque Oliva